Las diez cabritillas y el lobo feroz

Las diez cabritillas y el lobo feroz

TEXTO: LUIS SÁENZ GAMARRA

Baños de Río Tobía, diciembre de 2008

La Guardia Civil detiene a un hombre con diez cabritos y tres cabras robadas, que transportaba en el interior de su vehículo

Estaban las cabritillas mansamente cobijadas al calor del corralito y se presenta uno que ni era pastor ni veterinario ni pintaba nada en su biografía y las coge de malas maneras y las mete en una furgoneta a lo bestia.

Rapacería de ganado sin atenuantes, botín extemporáneo de trece cabras sencillas y rupestres robadas con nocturnidad, y con furgoneta, del corral de un pueblo riojano.

Pero la Guardia Civil andaba de ronda, la patrulla realizaba un control rutinario en la carretera LR-207, que une las localidades de Baños de Río Tobía y Badarán. Los guardias iban tranquilos, relajados, “qué gusto, mi sargento, nos vamos para la casa-cuartel a sobar con la parienta”. Estaban en ésas cuando un vehículo todo-terreno, un Land Rover Discovery que circulaba delante, hace una maniobra brusca para evitar a los agentes. Los guardias se mosquearon e inmediatamente se fueron como flechas tras aquella furgoneta de conducción sospechosa. “Ahí la cagaste, te denunciaste tu sólo”. Tras ser interceptada, los guardias identificaron al conductor, un varón de 52 años natural de Logroño, e inspeccionaron el interior del vehículo, donde, para su sorpresa, localizaron trece cabezas de ganado caprino, encastradas en sus correspondientes cuerpos; diez cabritillas y tres cabras adultas en perfecto estado de revista. Uno de los animales viajaba en el asiento del copiloto, pero sin casco ni cinturón, como acompañante.

El hombre confesó a los agentes que los animalillos que llevaba en la furgoneta acababa de sustraerlos de un corral de Baños de Río Tobía

Al no poder documentar la procedencia de los animales, el hombre confesó a los agentes que los animalillos que llevaba en la furgoneta acababa de sustraerlos de un corral de Baños de Río Tobía. Fue detenido por ladrón y por torpe.

Tras la instrucción de diligencias, éstas fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Logroño, mientras que el ganado, con lágrimas de emocionada gratitud en los ojos, fue devuelto a su legítimo dueño y buen pastor.

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