A los diez años le diagnosticaron un virus que le hizo perder la visión. Con 16 años ha conseguido el título de Campeón de España de Judo para invidentes
"La vida es como el judo; siempre te dan golpes pero te acabas levantando"
Javier Uriarte cursa primero de bachiller y es el actual Campeón de España para invidentes de su categoría después de perder la visión a los diez años como consecuencia de un virus
Llegamos a la cita un poco antes de lo concertado y cuando entramos al gimnasio Pedro Fernández y vamos a saludarle le pillamos en mitad de una serie de pesas. Para Javier Uriarte es todo normal excepto nuestra presencia. Aunque es ciego y dentro del gimnasio sabe que domina la situación, el entrenamiento de hoy es diferente quizás por eso le delaten sus inquietas manos y su sonrisa nerviosa que no es capaz de controlar. El motivo, su primera entrevista. Quizá sea la única cosa que no consigue vencer porque éste joven logroñés de 16 años es Campeón de España de Judo para invidentes y entrena a diario con compañeros sin discapacidad en un ambiente de deportistas donde sabe que es uno más.
Volver a empezar
Su vida no se entiende sin el judo aunque tuvo un antes y un después. A los diez años un virus provocó que perdiera la visión y todo comenzó de nuevo. No fue fácil pero tuvo que aprender de nuevo a todas esas tareas cotidianas como comer, leer o andar. “La vida no se acaba porque te ocurra algo así. Es como el judo que te dan golpes pero siempre te acabas levantando, hay que seguir. Si tienes verdaderos amigos siempre van a estar a tu lado y la familia te apoyará en todo”, subraya. “Lo que más me gustó de mis padres fue que no me protegieron mucho porque me dieron mucha libertad”.
Algo que se puede comprobar fácilmente cuando Javier nos relata qué hace durante el fin de semana. “En los ratos libres salgo de fiesta con mis amigos a divertirme o vamos a hacer el loco en un local que tiene uno de la cuadrilla”. “Déjate de tanto salir y diles a los periodistas que estás soltero y que buscas novia”, le interrumpe un compañero del gimnasio entre risas lo que le provoca su sonrojo. La música es otra de sus pasiones y ahora está en el proceso de aprendizaje para tocar la batería, “me encanta tocar es muy relajante y excitante a la vez. Me gusta mucho el metal y el rock. Darle duro y caña a la batería”, señala entre carcajadas.
Con los estudios se le presentan más dificultades que con el judo aunque tiene las ideas claras. “Ahora estudio primero de bachiller y vamos tirando con ellos. Recaigo pero intento levantar la cabeza, aunque no se me dan muy bien. Tengo claro que me gustaría estudiar la carrera de fisioterapeuta, trabajar el cuerpo porque me gusta mucho dar masajes”.
El judo como referente
A pesar de su juventud su cuerpo ya muestra las perfectas condiciones que tiene para practicar el judo. Es alto, rocoso y sus manos a la hora de realizar los agarres propios de este deporte parecen tenazas. “En este deporte la diferencia entre videntes e invidentes estriba en que con los invidentes partimos de la posición de agarrados, el resto es igual. Cuando entrenamos lo único que tiene que hacer el profesor diferente al resto es explicarme con detenimiento lo que vamos a realizar”. Si una persona de la calle entrase al gimnasio Pedro Fernández para ver un entrenamiento sería incapaz de localizar entre todos los judokas a uno invidente porque está perfectamente integrado en el grupo. Es más, algunos de ellos le temen cuando les toca entrenar con Javier.
Cuando le pedimos que recuerde y nos relate cómo fue el logro del título de Campeón de España nos muestra una naturalidad y sencillez admirable. “Fue en Menorca y yo no sabía que podía ocurrir, viajé a ver lo que salía. Fui ganando combates y cuando me presenté en la final yo me sentía inseguro porque el oro estaba muy cerca pero también podía perder y quedarme con la plata. Sin embargo, conforme transcurría la final y veía que iba dominando el combate las sensaciones fueron muy buenas hasta que gané”.
Los ojos se le iluminan y le brillan al hablar de los objetivos a largo plazo en este deporte. “La verdad es que competir en unos juegos olímpicos puede ser algo muy bonito pero eso dependerá de los logros que vaya haciendo. No se si Londres 2012 porque ya quedan muy cerca pero Río 2016 puede ser el mayor reto”. Por si acaso no olviden su nombre, Javier Uriarte Bermejo.