Rodrigo Rodrigo López tuvo una infancia difícil. Un día encontró su lugar dentro de la Fundación Pioneros. Ahora es uno de los socio de la empresa ADHI (Arte Arquitectura Diseño y Arte en Metal).
“Gracias a ‘Pioneros’ conocí una profesión”
Rodrigo Rodrigo López pasó de ser considerado un marginado social a ser socio de la empresa ADHI gracias a un cursillo de soldadura de la fundación ‘Pioneros’
Desorientado y sin rumbo. Si con 13 años es difícil plantarse grandes cosas en la vida, con un entorno difícil y complicado, y con la ausencia de un padre todo puede acentuarse. Rodrigo Rodrigo López pertenece a esa clase de hombres creados como una gran escultura; golpe a golpe, con denuedo e inconclusa. Este joven logroñés a sus 30 años es socio de la empresa ADHI (Arte, Arquitectura, Diseño y arte en metal) y lucha en estos tiempos difíciles por sacar su empresa adelante.
Las paredes de la calle Portales podrían relatar las múltiples historias que Rodrigo, junto a su grupo de amigos, protagonizaba a diario sin horizonte hasta que ‘Pioneros’ se cruzó en sus vidas. “Más o menos sobre los 13 años empecé en la fundación junto con un montón de chavales de mi zona, porque parece ser que éramos marginados sociales, y allí encontramos un lugar de escape y una ayuda para los que estábamos en la calle”.
Amistad, libertad y lucha
‘Pioneros’ se encargó de fomentar valores y principios hasta ahora desconocidos para estos jóvenes, además de promover actividades y viajes, como en 1995 y 1996, cuando viajaron a Polonia y Perú para compartir vivencias con jóvenes de otros países.
Dice Paulo Coelho que “no tenemos miedo a las dificultades: lo que la asusta es la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significa abandonar otros”. En el entorno de amigos de Rodrigo cada uno decidió tomar su rumbo cuando se creó el curso de soldadura en la fundación. “De todos los que comencé yo el cursillo muchos están en la cárcel, otros están muertos y algunos no siguieron la profesión de soldador pero a mí me gustó”, señala impasible.
Sus ganas de aprender continuaron porque gracias al curso de soldadura encontró una profesión y logró un trabajó con 19 años en una carrocería de camiones donde aprendió y aprovechó cada instante para prolongar su formación. No olvidó sus orígenes porque durante un tiempo siguió participando en la estructura de ‘Pioneros’ como enlace del auxiliar y dos días a la semana colaboraba en las actividades para ayudar con su experiencia. Su visión de la juventud ha madurado con el pasó del tiempo “los jóvenes ahora no muestran respeto, son condescendientes, infantiles y se les protege mucho porque saben perfectamente sus derechos pero no quieren saber nada de obligaciones”.
Siempre ligado a ‘Pioneros’
Hace seis años decidió dar un paso adelante y asumir todas las responsabilidades al establecerse como autónomo de la empresa ADHI e inició una lucha contra algunos elementos que desconocía como la burocracia. “Los incultos y sin formación somos los más desprotegidos porque todo son trabas, permisos o solicitudes para intentar conseguir una subvención, pero o no llegamos o no cumplimos los requisitos, por eso hay que aprender continuamente”, se queja con amargura. A pesar de las dificultades ADHI fue finalista en 2008 del premio DATO a la mejor empresa solidaria.
Aunque las cosas están complicadas debido a la crisis económica gracias a su esfuerzo descomunal saca los encargos adelante y sigue sin olvidarse de los ‘suyos’ porque su empresa tiene un convenio con ‘Pioneros’ para ofrecer trabajo de formación a jóvenes que buscan una oportunidad en la vida. “Yo ofrezco trabajo y formación a toda la gente que valga pero antes nosotros éramos más autónomos, ahora no quieren, son más dependientes. No hay nadie que quiera mancharse las manos. Salen del FP y te dicen que ellos son soldadores y que no tienen porque barrer…”, se ríe de forma irónica.
Tanto esfuerzo se verá recompensado en breve con el nacimiento de su hijo, “lo que me ayuda ahora mismo a tirar para adelante son mi mujer, mi hija Beatriz y mi futuro hijo que naturalmente se llamará Rodrigo”. Su vástago aún no lo sabe pero en su futuro ya está escrito que tendrá un buen faro que le guíe por la vida, Rodrigo Rodrigo López.