María José Saenz
María José en la sede de la Asociacion contra el cancer
Nombre: María José Saenz

Edad:57 años
Resumen

María José asegura que “no pasa nada por pedir ayuda, tienes que permitirte ciertos momentos de flaqueza. Pero después, hay que levantarse y seguir adelante”

En fase de superación de un cáncer de mama

 “Ahora disfruto de la vida, y soy consciente de que la estoy disfrutando”

María José esta en fase de superación de un cáncer de mama, una enfermedad que le ha ayudado a “tener un conocimiento interior muy grande”

Inés Martínez | larioja.com
María José

Su imagen dice mucho de lo que es ella. De cuál es actitud ante la vida, enérgica, decidida y alegre. Pelo rubio con mechas de varios colores, manicura perfecta también en dos colores, sombras marcadas, labios rojos, vestido estampado, tacones altos, pendientes grandes, anillos vistosos, todo como un reflejo de lo que dicen sus palabras “disfruto de la vida, y soy consciente de que la estoy disfrutando”. María José está en fase de superación de un cáncer de mama. Todo comenzó hace tres años, cuando “en la revisión del camión de la Asociación contra el Cáncer vieron algo raro, no se veía bien así que decidieron hacer una biopsia, que dio positivo. Tuvieron que vaciarme la axila, y darme quimioterapia y radioterapia”. “Fue un momento muy duro, porque mis padres estaban enfermos y quería ocultarles el problema. Además, no encontraba la forma de decírselo a mi hijo”, explica. Éste fue uno de los dos instantes más complicados que ha pasado; el otro, cuando se le cayó el pelo: “Me fui haciendo a la idea y preparé la peluca, pero aun así, cuando un día te peinas y el pelo se cae a mechones, es muy difícil aceptarlo.

A la enfermedad de María José se sumó otro de los momentos más duros de su vida, su padre murió mientras ella todavía estaba con el tratamiento. Seis meses después murió su madre. Ella hizo todo lo posible porque no se enteraran, incluso se inventó unas vacaciones, cuando en realidad le estaban operando. En esos momentos, su hijo fue un gran apoyo para ella: “Me siento orgullosísima. Sé que para él ha sido algo muy duro, pero no ha querido llorar delante de mí. Cuando por fin conseguí decírselo, le aconsejé que viniera a la Asociación conmigo a hablar con un psicólogo, pero él ya había hablado con él de la universidad. Era consciente de que esto iba a ser difícil”.

A pesar de todo ello, María José cuenta su historia con una gran sonrisa: “He tenido un gran apoyo, tanto en mi familia y amigos como en la Asociación contra el Cáncer. Al principio, lo que sientes es un enfado constante con el mundo, no haces más que preguntarte por qué te tiene que tocar a ti, hasta que conoces a más gente y te das cuenta de que no eres la única”. Ella habla de todas las personas que ha conocido en la Asociación, personas que a pesar de estar viviendo un momento muy íntimo, comparten sus experiencias, pensamientos y sentimientos con gente que no conocen casi de nada, pero con la que tienen muchas cosas en común.  “Esta enfermedad ha supuesto tener un conocimiento interior muy grande. Empiezas a valorar muchas cosas, un abrazo, una caricia, un buenos días con una sonrisa…El crecimiento personal es realmente indescriptible”.


Ahora, María José ha retomado las riendas de su vida, procura aprovechar cada segundo, es un momento más relajado para ella. “Antes no me ponía límites, todo lo que hacía era para los demás, y he aprendido a decir que no. No es malo ser egoísta en algunos momentos. Ahora, me dedico más a mí, voy a aerobic, pilates, bachata, salsa, merengue... y he bajado el ritmo de trabajo”

A pesar de demostrar que es una mujer fuerte, no sólo por estar superando esta enfermedad, sino por la forma tan positiva que ha tenido de afrontarla, reconoce que una de las cosas más importantes que debe aprender alguien que se encuentre en esta situación es que “no pasa nada por pedir ayuda, por derrumbarse, por llorar… es algo necesario, tienes que permitirte ciertos momentos de flaqueza, no eres menos que nadie. Pero después, hay que levantarse y seguir adelante”.

María José todavía no está curada, pero está bien. Las últimas pruebas han dado resultados muy buenos y ella se lo agradece a la vida. “Tengo una felicidad casi plena, disfruto de la vida, me arreglo, me quiero más, estoy más positiva, más alegre… Ahora hago las cosas primero por mí, y eso hace que pueda ayudar a los demás. Si tú estás bien se nota en la mirada, y eso es genial”.

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